Historias de un perdedor Reivindicado

Capítulo 3
Corazones Rotos

Mi corazón ha aguantado harto en su vida. Fisuras reparables, otras más complejas y otras que el seguro no cubrió por falta de presupuesto. Todas dejan su cicatriz en el miocardio, pero la primera es inolvidable, fue con una muchacha que desde el primer momento que apareció en mi vida me mostró la verdadera cara de la obsesión y el amor insano y destructivo. ¿Su nombre? A ésta altura de la vida no lo recuerdo (mentira, es pa que no se hable de ella no ma, de caballero).

Cuando apareció la primera vez entre todos nosotros con su ropa rara y sus poses divertidas, mi corazón casi se sale del pecho, enamorado perdidamente de buenas a primeras. Weon po.

Ella lo único que quería era wevear, y yo lo único que quería era amarla hasta el final de los tiempos. Weon po.

Siete meses estuve batallando para gustarle. Día tras día bombardeándola con poderosos mensajes de amor y esperanza en un futuro mejor. A los Diez y algo no hay futuro muchachos. Ustedes que piensan que aman y aman y tienen menos de 18, están equivocados. No hay futuro, solo weveo.

Después de esos meses, efectivamente conseguí lo que buscaba, un besito y un abrazo, una muestra de amor, un pedacito de ella para mí. Me debería haber conformado con eso, pero la exclusividad de los machos nos lleva a pensar psicóticamente en que hay que marcar a la hembra solo para nosotros. Eso me llevó, al día siguiente a ir a tocar su puerta bien temprano y ver que no estaba.

- Hola ¿Está ella despierta?

- ¿No habló contigo?

- ¿No...?

- Se fue a la playa con su amigo po.

- Ah…(un crash se escucha dentro de mi)

- Chao! Llega en tres días

- Bueno…

Camino en silencio de vuelta a la casa.

Después de estos 7 meses de trabajo hasta el cansancio, me di cuenta que por más que la tuviera a ratos, al final siempre se arrancaba. Y ese pedacito que me había dado a mi, era el mismo pedazo que le daba a todos. Evaluando con los años me di cuenta que en esos 7 meses quizás debería haberme focalizado en otros targets, pa tener más y mejor. Así como John Nash en su teoría de los juegos, no debería haber ido por la rubia, si no por las amigas de la rubia, así habría bailado más rato.

Lo especial que sentí aquel día de los logros cumplidos, me duró 48 horas, al verla con otro en una fiesta. A esa edad es difícil tomárselo como parte del descubrimiento del mundo. Es mucho más fácil verlo por el lado de que el mundo es una porquería y que la vida te odia.

Después de eso me quedaron 6 meses de sufrir y sufrir. De que mi corazón se regocijaba cada vez que ella llegaba a mí, buscándome. Ahí me sentía ganador, pero lo ganador me duraba poco, hasta que ella se aburría y se iba pa otro lado. Weon po.

Cuando se fue me dolió mucho.

Más viejo me di cuenta que todo ese tiempo podría haber buscado amor más fácil. Weon po.

Un día hace unos años, supe que andaba de paseo por el pueblo.

Nos sentamos en una banca y lo primero que me dijo, entre sollozos fue:

- ¿Por que nunca más me hablaste en estos años?

- Porque mi vida es distinta ahora y no formas parte de ella…

Hablamos de nuestras respectivas vidas, nos disculpamos mutuamente por todo lo feo que nos dijimos alguna vez y revelamos los espacios que habían quedado a medias en algún momento.

- Estás muy lindo – me dijo – están todos hermosos.

Me gustaría haberle respondido que ella también estaba bien. Pero había pasado que después de tanto tiempo, los años le habían quitado el sabor, y ya no me movía ni un pelo.

Pancho®