viernes, diciembre 29, 2006

Vacaciones, CAPITULO UNO

Después de un Ballantines a medias abro los ojos en pésimo estado. No es mi casa, no son mis cosas, no es mi cama. Lo bueno es que estoy solo, no con un negro al lado ni con una escultural modelo (lamentablemente por la modelo, afortunadamente por el negro). Solo, en una cama deshecha por la mala noche producto de la mala caña. Un whiskey a medias es harto copete, más si me lo tomo con una mujer que no toma tanto, por lo que la medida fue dos tercios a uno. Al abrir un poco la ventana para que se vaya el olor a alcohol de la pieza me posiciono y retorno al mundo real. Estoy en Caldera, estoy de vacaciones en la playa. Llegué ayer en la noche y me conversé más que unos cuantos tragos con mi partner Aylyn, en la terraza del depa donde compartimos tantos veranos de conversas y juegos de cartas. Talk, Alcohol and Rock n Roll. Hablamos de la vida, balbuceamos del amor, gruñimos de la desilusión, a medida que el destilado bajaba.
Cuando vuelvo a la vida, nos encontramos en el pasillo con la Lyn.
- Vamo pa la playa?
- Vamo a Virgen, y pasamos de vuelta a cisne
- Yeah

Cargados con música, un par de empanadas, una ginger ale y dos vasos, partimos por la primera escala. Bahía Inglesa.
Nada más old school, el kiosco de Bahía vacío, esperando a los adolescentes de rigor que cada año copan sus barras maquillando y mostrando cual es el más popular. Solo ecos de eso hay en el momento que me deleito con el agua limpia (por primera vez en años) y la arena blanca. Con cada ostión que me como siento como el cuerpo batalla por mantenerse firme y no flaquear. En Bahía con la Aylyn después de años, recordamos aquellos buenos veranos de taquilla y de cuerpos flacos y ojos inocentes. Verano pop, verano naranja, verano fresco, verano loser, verano re enamorado, verano enamorado, verano solo.

Al seguir por el camino con el The Bends de Radiohead, el matiz del desierto y la playa, me voltea, me seduce, me recarga, me compone el cuerpo dañado por el alcohol, y me hace brillar de a poco la piel tostada.

Paso por Cisne, mi playa favorita, la miro desde arriba y siento como se me revuelven las tripas con tantas emociones puestas en la arena y las rocas. El Sol y el Mar, en su máxima expresión de fusión con las emociones humanas, con mis emociones, mis vivencias. Me veo caminar por la playa en distintas etapas, con caras diferentes, con ojos brillosos de amor y apagados de pena. Erguido y corajudo, encorvado y temeroso.

Después de hartas canciones de Tom Yorke, unas cuantas de Jarvis Cocker, y muchas nauseas por la resaca, Aylyn me dice que por ahí se comienza a asomar la playa. La veo desde arriba y playa La Virgen me sorprende con su hermosura. Un trozo de tierra de otro lado, puesto entre rocas para el deleite de nosotros los viajeros.
Con placer y dificultad, casi como un pez sin aire, me arrastro hasta al agua pa que me quite esta descomposición interna producto del alcohol. Mientras repto siento las baterías llenándose de a poco. El sol, mi cargador, el mar mi Expiador.

Me dejo llevar por la corriente, reflexiono en el agua fresca. Siento paz, recuerdo cuando era feliz, me afirmo de mis ideales, recuerdo mis anhelos. Se aparecen seres hermosos que alguna vez vivieron en lo más profundo de mi corazón y deseos. Afloran las ideas, aparecen los conceptos, el arte en la mente, el sol en los ojos, las venas con fuerza empujan más y más sangre. Sangre fría, fría por el agua, fría por que permite pensar, no desbocarse en la pasión, volver a la racionalidad. Fría por que congela el cuore.
Cangrejos se pasean por mis pies, peces pasan dando vueltas, las medusas bailan un poco más allá. Les tengo miedo a las medusas desde niño. Me alejo.

Salgo del agua para volver al sol, y de guata en la arena siento como carga mi reserva. Los pulmones respiran sol, mar, arena. Los ojos se caen de a poco, de a poco.
La ventolera me hace volver, el frío me despierta. Despierto a mi compañera de viaje y le digo que vayamos a ver la puesta de sol a Cisne. Siento el sol en la espalda, traigo el sol en la espalda.
En cisne me echo de nuevo en la arena y veo como se pasean de nuevo los Franciscos de mi vida, de mis años en esa playa, Mi Fortaleza de La Soledad, el epicentro de mis poderes, alicaídos después de tantas batallas libradas en este año de la puta que gracias a Dios termina bien, en paz.

Con el sol cayendo nos miramos con la Aylyn y nos decimos:

- Puta que es la raja esta playa
- Yeah…

La larga Bahía de las Ilusiones me esperará con sus estrellas, una noche de invierno con mis reflexiones en el bolsillo. Ahí le diré al Mar que este invierno, como dice la canción, no fue más frío que El Anterior.

Besos a todos mis lectores y lectoras asiduas(os)

Francisco®

1 Comments:

At 7:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

Recuerdo bahia cisne ese verano que fui allá arrastrada casi porque me querían mostrar las bondades que se decia tener el norte, que a muy mi pesar en verdad aprendi a verlas, a pesar de ser una aserrima admiradora del sur de nuestro pais, la playa era hermosa, de cuento casi y la compañia muy buena. Tengo muy lindos recuerdos de ese verano en general y de mi estancia en tu casa y en la playa. Muchas gracias por recibirnos esa vez

 

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