La Música me Mueve

No hay nada como los beats de la música. Es como tomarse un café, energiza.

Me mueve, me despierta, me duerme, me hace soñar, me hace desear, añorar, construir, moverme.

Me gustaría decir que la música es mi vida, ser un real Rockstar. Pero soy Rockstar de ocasión. Vivo la vida de un rockero casero. Lamentablemente mi vida no es Sex, Drugs & Rock n’ Roll, es solo Work, Love & Rock n’ Roll.

Me gustaría poseer el espíritu del rock aun más manifiesto. Me gustaría mirarme en la portada de la Rolling Stones con mi banda, llevar el pelo largo, hablar de mis influencias. Rockear frente al mundo, escupir en la ley, criticar a la sociedad. Pero no soy así.

Quizás debería tomar la guitarra y cantarle al opresor, o quizás tomar el micrófono y maldecir a Dios, pero no soy así. Soy un tipo tranquilo que se pone los fonos mientras trabaja en lo que le gusta, llorando las baladas de los 60’s, cabeceando el rock setentero, disfrutando del pop ochentero, guitarreando el garage rock de los 90’s, y gozando el indie del 2000. Colecciono momentos con cada canción que pasa por mi biblioteca.

La música me mueve, es mi combustible. No concibo la vida sin ella, más cuando uno la puede hacer suya con la guitarra en la mano.

Sigo soñando con escenarios gigantes, sigo soñando con hacer gritar a la gente, pero ahora lo hago encerrado en una sala de ensayo con mi hermano en la batera, y yo tras el micrófono. O en la realidad alternativa de mi sueño, donde veo a la gente desde arriba del escenario, yo con mi pelo setentero, mis bigotes grandes, un beatle café claro, chaqueta de cuero, gafas de sol verdes de aviador, y la gibson bien afinada tocando “More Than a Feeling” de Boston.

Rockcisco®