Lunes

Llega siempre con sueño. Así me levanto en la mañana y me miro al espejo. Me alegra ya no tener la guata ni el buche de hace un año atrás. Los dientes lavados y los recuerdos de las musas que en los sueños me visitan con ideas nuevas, con nombres perdidos. La ducha caliente relajando los nudos eternos de mi lisa espalda. El pelo perdiendo el peso de la almohada y la piel soltando aquellos recuerdos que durante la noche me pasaron a ver y se echaron a un lado a susurrarme cochinadas al oído.

Así me acicalo como gato, me pongo el estilo que dejo colgado estirándose en la noche, mientras duermo, y vuelvo a mi posición más graciosa. Yo versión emancipado. Ese que nadie le ayuda (excepto la madre en casos de emergencia), que paga las cuentas, que escribe a las 1.30 de la mañana escuchando a Jarvis Cocker y nadie le dice nada. Ese que desde hace unos pocos fines de semana se echa a jugar playstation y se prende a las 21.00 y empieza a llamar a sus amigos pa ver si algo pasa. Y si pasa salen todos a recorrer la noche de Santiago y agregar círculos a su nuevo abanico social.

Han pasado casi siete meses desde que me tuve que rearmar, pienso mientras camino al metro, y nada está igual. Vivo en un departamento solo, estoy 6 o 7 kilos más flaco, hace un par de meses no tengo chica, hace siete meses no tengo novia. Pero aun tengo mi pega, que es lo más importante en este momento, por que gracias a ella sigo caminando y tiro para arriba con más ganas. En siete meses he perdido mil cosas, mil momentos y mil historias. Pero he ganado otras mil también. Grandes amistades, gente buena, gente nueva, gente mala, de todo. He avanzado, no me quedé. Gracias a Dios.

Al llegar a la pega llego a uno de los momentos que más me gusta en el día, verme en el espejo del ascensor, siempre me veo bien, por muy cagao de onda que ande. Si, es medio superficial el momento, pero grafica lo que les escribo, me veo diferente po, distinto, mayor.

Cuando me miro a los ojos me veo las penas y las alegrías. Veo al niñito Panchito ojos de uva y veo al weon de mierda que puedo llegar a ser cuando quiero. Al final siempre decido por estar más cargado al lado de los ojos brillosos de niño feliz. Echo de menos eso si despertarme en la mañana con la sonrisa dibujada. Últimamente me la dibujo después de las 12, cuando finalmente despierto.

Si es cierto, he avanzado y todo eso, pero aun noto que me falta algo, una pieza.

¿Cuál? No se la verdad, cuando la encuentre se las cuento.

En unas semanas más entro a la caída libre entre los 26 y los 30. Se supone que a los treinta debería estar definido como persona y no andar haciendo cagadas. Quien sabe, por lo menos ese es el objetivo. Que 20 años no es nada, claro y cuatro que son, ¿un moco?

Mataría por un masaje de espalda, la muy puta me esta matando hace semanas.

Por lo menos mi asiento tiene un respaldo suavecito.

A trabajar AhorRRa.

Saludos Perritos, ojalá esta semana esté bien, la que pasó fue bien rabiosa.

Besos a todos y todas

Fran®