Semanas Difíciles

En una película que vi hace poco (50 primeras citas, Adam Sandler) Drew Barrimore tenía perdida de memoria a corto plazo, entonces cuando se daba cuenta que habían pasado un montón de cosas desde que había perdido la capacidad de recordar, su familia tenía un plan de contingencia para los “días difíciles”.

Necesito urgente desarrollar un plan de contingencia para las semanas difíciles. Esas que empiezan como avión, pero los miércoles cagan en mala, para entrar a fines de semanas angustiantes y llegar a los martes de alivio casi arrastrándose. El delicioso momento de alivio después de dormir con los demonios, almorzar solo, caminar pesadamente y todo eso que pasa cuando las cosas no salen como uno quiere.

Claro señores este blog está hecho pa reir pero como reirse si uno anda medio malito. Bueno así: Ja!

¿Cómo podría empezar el plan de contingencia? Creo que un teléfono rojo, un 911, sería ideal. Uno al que pudiese llamar por último pa llorar la carta, tirarme al suelo, soltar la angustia, desahogarse, o uno que cuando llames te diga, loco tai puro weando.

El plan podría seguir con la Rufina, por último con la compañía de ella no sería tan duro el silencio, habrían miaus y ronroneos.

Una cajetilla de cigarros y un somnífero. Una botella de Coca Cola, un par de velas con olor. Un incienso y la tina con agua caliente. Un paseo por el parque, una buena película y un par de cervezas.

Unos cuantos amigos.

Un disco, Word, y el winamp prendido.

Los días en general se consumen rápidamente y cada año son aun más rápidos.

Mientras escribo, en la soledad del depa, uno de los demonios me susurra al oído, me dice cosas que no son ciertas. El otro me mira desde la cama y se ríe de cómo me enrabio. Otro se ducha y canta una canción de amor. Dentro del closet dos huelen las poleras, y en la cocina me desordenan la loza. Todos son uno, uno son todos.

¿Pelear con los demonios?

No, hoy no, como un Superstar ahora estoy triste y cansado, mi camino de tanto tiempo, me parece que es mucho mas. ¿Y qué más puede un hombre hacer? ¿Esperar que los astros se alineen? ¿Sentarse en la ventana a ver pasar el tiempo? ¿Otoño, Invierno, Primavera, Verano? No se que hacer la verdad.

Quiero un martes de alivio o un viernes de amor como los de la canción. Una laguna asoleada, una playa de arenas tostadas. Sol de tarde, ojos brujos. Mi cama helada, mi almohada suave, mis ojos hinchados, el pelo cansado y la piel melancólica.

Quiero bulla, quiero un cumpleaños de niños, con Barney y sus amigos, aquí encima de la cabecera de la cama. No quiero a este weon que me mira con los ojos sonrientes. No quiero al del espejo que tiene los ojos rojos de pena, tampoco al que está sentado escribiendo. Quiero que me digan alguien pa donde, por que yo no se la verdad, hoy no por lo menos.

Hay días en que me pierdo. El GPS caga, la soledad se te viene encima. La inminencia de que al final, después de todo, te vas a quedar solo. Como cuando tu vieja te hablaba del cuco, “te vai a quedar solo, uuuuuhh”.

Creo que necesito dormir. Como en la película que vi hace un rato: “el que duerme olvida su hambre”, ¿crees que el que duerme olvida su pena? ¿O será que en el sueño finalmente la aceptas?.

La verdad es que los jueves no me gustan, me gustan los martes.

No me gusta la soledad chicos, mucho mono feo, mucha melancolía recogida. Mucha sangre y mucha cicatriz. Mucho silencio.

No me gusta el silencio.
Me estresa, por que tiendo a completarlo.

Pancho®