lunes, abril 28, 2008

Proposal

Ese día, si no llegaba la Tamara y entretenía a la Javi, era imposible pedirle matrimonio.

Al fin llegó, dejando el camino libre, y con la guata apretada me fui a sentar afuera del departamento de mi futura suegra. Por teléfono le cuento a mi Mamá que esta noche le pediré matrimonio a mi polola. Me manda tantos buenos deseos que parándome de un viaje toco el timbre de la casa, sabiendo que ya no hay vuelta atrás.

Me acuerdo que a principio de año decidí casarme. Después de una larga conversa con mis abuelos me di cuenta que no había que esperar más. Que el amor ya no iba a cambiar, y que sólo buenas cosas me podía traer dar EL PASO. Ese paso que pa un hombre tiene otro tipo de visión y matiz que pa una mujer. Un matiz que no tiene que ver con dejar de agarrarse minas, si no con compartir la libertad.

Construir una vida con menos individualismo y más trabajo en equipo es finalmente la que hace que un matrimonio dure harto o fracase al tiro.

Digamos que con la Javiera hemos podido desarrollar un eficiente sistema de decisiones y construcción sólida, basado en el amor, la confianza, el respeto y la comunicación.

Sabemos que si esos pilares se mantienen, podremos cumplir lo que siempre hemos querido para nuestras vidas.

Amar y ser amado no tiene nada de complejo, solo hay que siempre hacer el bien por el que uno eligió como compañero, y entregarse con todo.

La clave, creo modestamente, es no dejar de ser uno mismo, en favor de la realización final de los objetivos. Siempre mantener la esencia que hizo que el otro se fijara en uno.

A esta edad, temprana por cierto, mi visión del amor ha mutado muchas veces, hasta que finalmente se quedo en la que realmente me acomoda. El amor en serio y en paz. El amor confiable y estable. El que cualquiera quiere pa su vida entera. Ese que te despierta en la mañana tranquilo y feliz, pa empezar un día en el que todo es bueno y todo está en su lugar. Donde tu espacio existe, y el espacio mutuo también, en perfecta armonía.

Mi vida es una vida feliz y tranquila.

Mi vida va ser feliz y tranquila.

Cuando me senté frente a mi futura suegra sentí como me convertía en lo que finalmente decidí ser, hace tiempo atrás. Un hombre de decisiones, un hombre de familia, un hombre valiente. Un weon capaz de decir “Juanita, hoy le voy a pedir matrimonio a tu hija”.

En mi casa con las luces apagadas y unas cuantas canciones de amor en la playlist, con una vela de colores y en el sofá que compramos juntos pa empezar la nueva vida de a poco, no me quedo más que decirle que ella era la mujer que yo siempre esperé. La que siempre busqué entre tantas y nunca encontraba. Esa que me trajo el equilibrio, que le trajo la nieve al norte. La que con la brisa fresca me despierta en las mañanas, la que no pide nada por que sabe que siempre estoy, ahí.

Esa es la mujer que elegí pa mis mañanas eternas.

Esa es mi mujer.

“Tu eres lo que yo quiero para mi vida, ahora y siempre, te quieres casar conmigo?”

“Sí”

Pancho®


Esta es la entrada 300 de franciscovivesolo.blogspot.com

les doy las gracias a todos los que lo han leído en este tiempo

y les mando muchos buenos deseos a los que han apoyado

a este hombre que de la primera a la trescientos ha crecido

tanto como el siempre soñó

besos a todos

viernes, abril 11, 2008

Cumbias y Rancheras

Al son de cumbias y rancheras, crecí junto a ti.

Recorriendo caminos al calor de las 10 ruedas, escuchando a Adrian y la Sonora Dinamita.

Pasé por tierras que nunca más visité, escuché cosas que nunca más se volvieron a repetir.

Viví como un gitano de un lado para otro, disfrutando del camino.

Vi pasar gente, que nunca más volví a ver, y me contaron historias tan únicas que nunca más volví a escuchar.

Pero todo eso que nunca más nadie vivió, siempre que puedo, lo hago vivir en las mentes de los demás.

Así mantengo tu legado y tu historia, plagado de los sones de las orquestas y corridos que mi infancia construyeron, y llenos del espíritu y la estrella que nos dejaste, a mí y a todos los que te conocimos.

Se te extraña viejo.

Pancho®

sábado, abril 05, 2008

Borracha by Pancho Araya

Así, mareada, desorientada, con los ojos hinchados de tanto llorar, tomó el teléfono y marcó un número que no usaba hace mucho tiempo.

A muchas horas de distancia, él tomó el auricular.

-¿Hola?

-Hola…me acaban de dejar. Me dijeron que no me amaban y se fueron.

-…¿Hola?...

-¡Soy yo!

-…Me costó reconocerte…¿Te dijeron que no te amaban?

-Si. La verdad, yo también sentía lo mismo hace un tiempo.

-Eso duele, la verdad...

-Si…

-…te llamo mañana para que hablemos más tranquilos, yo ya estaba durmiendo.

-Creo que saldré a darme una vuelta por ahí, necesito alguien que se parezca a ti.

-A mí?

-Si, te quiero a tí.

-…Estoy muy lejos.

-Eres una mierda…te quiero a ti, ahora. Quiero tus manos y tus besos, quiero tus ojos y tu cama. Por lo mismo saldré a buscar a un tipo, cualquiera, que se parezca a ti…

-...Tu crees que servirá de algo?

-Chao.

-…Descansa mejor.

(…)

miércoles, abril 02, 2008

¡¡¡¡REGRESAN!!!!!

Historias de un Perdedor Reivindicado

Capitulo Desconocido

La Caminata

En tercero de universidad y comenzando el año mi amiga de ese entonces Maureen (esa misma) me anunció que para ese año de las mechonas venían recargadas y una de ellas llevaba mi nombre estampado en el pecho.

“Es justo tu gusto pancho, flaquita, bonita y de bien” (gusto que ha variado con el tiempo y la aparición de la libido descomunal que me caracteriza).

Con los colmillos rígidos y filosos espere tranquilamente que las chiquillas llegaran una por una para ir tasándolas.

De repente vi a una colorina bien rica con una actitud propia de los capitalinos y me distraje conversando con ella de sus voladas con las esculturas en fierro y la cerámica, que verdaderamente me interesaban poco, cuando de repente en un abrir y cerrar de ojos me encuentro con un espécimen poco común en las trollíficas tierras serenenses. Digo poco común por que era bien bonita, pero bonita pa nosotros del norte es otro nivel que el de ustedes de Santiago. Ustedes conviven con las niñas del Villa María, de la Alianza, las de los Dos Caracoles, y ya están acostumbrados a un nivel que pa nosotros es el cielo. Digamos que la niña croata era linda, y harto linda.

Decidido a enamorar, me acerco y le tiro la siguiente cuña:

- Me hablaron de ti, eres amiga del Elio, soy Pancho…

- Ah, si, el Elio…

- …

Una semana después de esa conversación grosera y llena de contenido, nos encontramos en el parque de la U. Ella haciendo un trabajo para taller, y yo pensando como abordarla.

De pronto me doy cuenta que el tema de su trabajo es uno que yo domino (alguna wea que ya olvidé) y me acerco a ofrecerle ayuda.

Después de comprarle un Kapo (el presupuesto de un estudiante es pordiosero) y de conversar acerca de todo este tema de la universidad, nos pusimos a hablar de romances, con la clásica partida de:

- Oye y tu estai pololeando?

- No, y tú?

(esta frase figuraba antes en mi mente enferma como la posibilidad cierta de algo entre la mujer que me la decía y yo)

- No, po…

Después de media hora y viendo la proximidad de la hora de almuerzo, le ofrecí acompañarla a la micro.

Seguimos conversando acerca de la vida, de los amores, de los chicos buenos y los chicos malos, con mi eterno argumento que los chicos buenos siempre son los mejores cosa que es 100 % falsa (los malos siempre ganan).

Y ahí yo con mi retórica antigua del respeto a la mujer, del amor de príncipes y princesas, y mis ojos reflejándose en sus oscuros espejos y bla bla bla, y su cara llena de gestos de aprobación, cuando de pronto me dice:

- Oye estoy cagada de hambre, ¿vamos a caminar hasta mi casa?, por que ya estoy cansada.

Ahí quedé, como un idiota mirando al vacío con la cara descompuesta y la poesía barata colgando de un hilo de baba, sintiéndome el perdedor más grande del mundo y dándome cuenta que le había dado la lata durante media hora a una chica que en la vida iba a poder conquistar después de semejante fracaso.

- Ahí viene un colectivo que te deja en la casa, cuídate!

Fue lo único que atine a decir.

Tiempo después supe que se quedó con un chico malo, obvio.

Los chicos buenos nunca ganan, siempre llegan en último lugar. Gracias a Dios me porte mal un buen tiempo. Ahí aprendí que el traje de weon malo nunca me va quedar, pero que uno se puede aprender el discurso de "bad boy" de memoria. Y resulta, a veces.

Pancho®


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