viernes, julio 21, 2006

LOST

Perdido.
Doce de la noche, en Providencia, pasado el río, por Pedro de Valdivia norte.
Con varias piscolas, y rones en el cuerpo, medio en Melmac, me dispongo a volver a dormir en mi cama. Me llama, me susurra al oído, como que me quiero dormir parado.
Camino y camino hacia el río, paso por Pedro de Valdivia norte, el río esta hacia el sur y mi sentido común me dice camina por aquí y yo le digo que no que voy bien, pero en realidad voy hacia el oeste, a perderme por los bosques del cerro.
Escucho música, escucho el OST de Ocean’s Eleven y en mi fantasía etílica soy Danny Ocean preparando un golpe, un golpe que claramente en estas condiciones y desorientado como voy, fallaría.
Llegue al cerro y de entre los matorrales sale una visión fantasmal, un viejo de barba blanca como Gandalf con leña al hombro. Veo luces al final, como intermitentes, son las que me guiaran. Le pregunto al buen hombre donde queda Providencia, y me indica la dirección contraria a la que estuve caminando todo el rato. Al final caminé en diagonal hacia el este hasta llegar al norte mas norte, el fin de la calle.
Tomo Pedro de Valdivia otra vez y camino. Se me acaba la bateria de la PDA, todo mal, sin música.
Debo llevar caminando una media hora, mas menos, no pienso en na solo en dormir, como mi buen amigo Rodervar, puse piloto automático, solo pienso en dormir. Camino como Che Copete en mi imaginación, dos pa adelante, tres pa atrás. Tomo la micro finalmente en Providencia, me deja en plaza Italia y no hay nadie en la calle. Por poco llego hasta Portugal. A esta altura ya se me había olvidado hasta donde vivía.
Lo único que se cuando llego a la casa es que quiero ir al baño, y poner el Battlestadium D.O.N. en la PS2, es un juego muy divertido, pero lo jugué como Stephen Hawkings, con dos dedos no ma.
Apago la play y me apago la mente.
Estuvo weno el asado, me quedo wena la carne, el fuego hermoso, mi cama me abraza, y mi mente descansa.
No hay lugar como el Hogar.

Los quiero a todos

Panchin®

No se si fue producto de la imaginación, o de las piscolas, pero al dar vuelta por el pasillo, las ví, y les juro que casi me meo. Me quede esperando que del ascensor saliera la ola de sangre, waaaaaaaaaaaaaaaa.

2 Comments:

At 2:43 p. m., Blogger rodervar said...

no hay lugar como un buen catre.... pa echarse despues de los rones...... lo malo es que cada vez cuesta mas llegar.... por suerte se te borraron los detalles engorrosos..... el viejito te dio un leñazo cuando daba las indicaciones del destino..... esa historia me recuerda a cierto trapecista y payasito...... entre los rones el leñazo y la neblina.... uyuyuy... el viejito se las mandó.
chau cabro... nos vimos.

 
At 10:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Guooooooo!
¿Que andabas haciendo por allá, carnalito?
Muy brigido andar así por la calle.
Lo mejor que te podría pasar es una ABDUCCION, imagína lo peor.

A mi a veces se me aparecen cosas.
Juas.

Hablamo.


Luí.

 

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