Recuerdos de Almuerzos y Onces

A las 2 y a las 7, siempre.
La mente se enciende de maneras curiosas. Pequeñas cosas hacen que recuerdes momentos y sensaciones. Cariños, emociones y penas afloran en distintos momentos del día, pero almuerzo y once son más duros que cualquier otra cosa. Quizas por ser el tiempo que utilizas pa comunicarte con tu gente, con los que más quieres. Quizas también por que en esos momentos sientes y proyectas lo que te gustaría tener en tu vida.

Sentado, tomando tecito, me vi muchas veces llegando de la pega con dos cabros chicos recibiendome pa que jugaramos a algo. Vi a mi chica con sonrisa de cansada llegar poco después que yo a comer pan con hueito, o con palta, tomándose un té bien caliente con poca azúcar. Vi al perro y al gato, weando por subirse a la mesa, mientras de una patada los echaba cagando al patio.
Sentado en esos momentos también planeaba viajes estelares, de la mano, por el mundo y los universos paralelos que me animara a visitar. Una que otra risa del Felipe con la Karen en Pase lo que Pase, me hacía volver, y darme cuenta que las fantasías de niño eran eso y nada más, pero que motivaban a soñar más.

Deseaba que mi vida fuera lo que mi mente anhelaba. Deseaba también que los castillos de cristal existieran, que las cosas no fueran duras, y que aquellos momentos permanecieran para siempre. Pero uno crece, pierde la fantasía y se da cuenta que el futuro no existe, no está definido. Yoda le dijo a Luke una vez que el futuro es difícil de ver, por que está siempre en movimiento.

Todo el tiempo pensé que el futuro era como yo lo veía, pero la ilusión traiciona y hace que las cosas se muestren como son.
Ahora la vida es más dura que antes. A ratos es media triste, pero está claro que somos capaces de manejarla, con los dulces y agraces que esta trae consigo.

Almuerzos y Onces son para compartir, con quien uno pille a mano. Cuando uno los pasa solo, es bien triste, pero la verdad no dejan de tener su encanto.

La realidad, como un palo, como el viento helado del día de hoy, me despierta. Me muestra donde estoy parado, y me empuja a seguir caminando.

Si cierro los ojos puedo sentir las manos de todos los que me quieren golpeando la espalda, acariciando el pelo, rascándome el brazo, vitoreando cada nuevo paso.
Después de todo, este proceso es como aprender a caminar de nuevo. Con el tiempo cada paso es más firme que el que sigue. Con el tiempo cada paso deja atrás todo lo que uno fue y lo hace una persona nueva, donde es uno mismo es el que se forja. Ya era tiempo de crecer.

A las 2 y a las 7 siempre recuerdo. Recuerdo lo bueno y lo bonito, porque es lo hermoso de haber vivido lo que me tiene aquí, feliz por lo que soy, parado, viviendo, deseando que Dios me traiga lo que tantas veces me han dicho que les trajo a los demás: Paz.

Francisco®

Con Charlie convenciéndolo que me diga onde compró las zapatillas, y de paso tocando algunas cosas de Driveshaft.