Cambia, ¿Todo Cambia?

Lo cierto es que esa canción tiene razón en que cada uno de nosotros cambia en distintos momentos de la vida, y con distintos sucesos que hacen de triggers para estos acontecimientos de transición entre fases propias.

Yo no soy el mismo del colegio, no soy el mismo de la infancia, y menos soy el mismo que llegó acá a Santiago hace ya más de 6 meses. Todos los sucesos que han servido de detonadores (para los que no cacharon trigger) han ido dejando huellas en los ojos y en el alma que de a poco de van mostrando, a medida que los estímulos del mundo hacen que éstas afloren.

Hay cosas que han cambiado, radicalmente. Las prioridades, la manera de ver la vida, la visión de futuro. Como decía Yoda, el futuro es muy difícil de ver por que está en constante movimiento, y claro en este momento está peor, por que entendí que el futuro no está, no existe. Sólo existe lo que una de mis buenas amigas dice: “Preferencia, Consecuencia”.

Así que en estos días de auto-análisis, y análisis guiado, poco a poco esbozo un poco de las cosas que si han cambiado y las que definitivamente no cambian. Esas que aunque digas puedo cambiar, es difícil por que son parte de ti. Es mejor entonces, si estas cualidades son malas, tomarlas, aceptarlas y empezar a aceptarse a sí mismo. Obviamente moderarlas para que no dejen la caga a cada rato, pero aceptarlas, decir, uta así soy yo, y así no más po. No quiero que al decir esto se me tache de un weon facilista que prefiere no hacer nada al respecto. Partamos desde el punto en que ya se donde aprieta el zapato, y que por lo mismo algo se puede hacer desde ahí.

Aunque no sea el mismo de la adolescencia, de la infancia o de hace unos meses atrás, por lo menos algo se mantiene. Sigo teniendo ese brillo weon de cabro chico ilusionado en los ojos. Por lo menos ese brillito, algunos días más fuerte que otros, es el que en la mañana me hace sonreir al mirarme al espejo. Ese brillito trae consigo lo bueno de la vida que me ha tocado vivir, y la luz interna que no se apagará, como dice la canción.

No todo está perdido compañeros.

Menos mal que he dejado migajas para encontrar el camino de vuelta.

Francisclost®