Fiesta en Casa Nineties Style

5:38 de la mañana.

Cruzo corriendo desde Santa María a mi casa por Pio Nono, hay patotas por todos lados y lo único que quiero es mi cama, me llama. La deseo más que el antiácido de rigor para antes de dormir.

Entro al depa y está fresco, la ventana abierta, las luces apagadas. Fuera ropas, menos el taparrabo pa no pillarse nada en los sueños.

Pongo la cabeza en la almohada y pienso en que al igual que en mi adolescencia, me fui de los primeros a la fiesta, pero esta vez me vine de los últimos.

La mamá del dueño de casa me recibe, me hace pasar a un gran patio con una mesa que al correr de la noche se llenará de botellas, hielo, picoteos.

Silva, el festejado, recibe con hospitalidad.

Hay un loco sentado que no se realmente de lo que habla, me asusta, poca gente me asusta. Éste loco es un psicópata más que potencial, debe ser el crack.

Llegaron mis panas. Me siento, tomo cervezas heladas. Elogian mi look, claro que me produje. Me falto la muñequera y las chapitas de grupos musicales. Mis amigos están pero no están. Gabriela lleva un pin de una muñeca sin piernas, si fuera una chica le copio la idea. Pipe y Diego atacan a Lucho. Difícilmente se defiende.

Van tres chelas de litro.

Llega Paola, con dos amigas. Solteras de treinta y tantos, guapas, simpáticas, risueñas. Brindamos hablamos, llega más gente. Seba y Catalina, Rusio y Maca, Ale y Camila, Mata y su grupo. Y hablando, socializando. Si lo miráramos desde arriba son círculos con elementos intersectados. Me salto de uno a otro. Manejo tres líneas temáticas, “mi hijo es punk”, “quiero ser tu productor”, “me fui a comprar a Mendoza”, y seguimos.

Silva atiende como un verdadero anfitrión, las piscolas corren. El escenario familiar lo acompaña, le da un plus. Las hojas de parra, la comida árabe, el ron panameño, las piscolas, los bastones de zanahoria, todo conjuga. La pieza trasformada en disco es lo que más me produce nostalgia. La nostalgia de aquellas fiestas que pensé que aquí no se hacían. Fiesta en casa, la música fuerte, juego de luces, y mamá durmiendo al lado. Trago, baile, weveo, coreografías, pulseras fluorescentes y el perro.

Silva tiraste una súper fiesta, todo encajó, y nada faltó. Más círculos, más gente.

5:40 ya estoy durmiendo.

Fran®