Amistad en Latencia

Últimamente me he encontrado con mucha gente que alguna vez pasó por mi vida. En el supermercado, en fiestas, carretes, en la casa. Esa gente que uno sabe que es pura buena onda, pero por razones particulares dejas de visitar, hablar o escribir.
Cada uno de ellos y ellas han sido un descubrimiento único. Ves como el tiempo ha pasado por sus vidas haciéndolos mejores personas en ciertos casos y gente absolutamente distinta en otros.

Con los chicos y chicas del pasado pasa algo raro. Aun cuando no los has visto en años, si eran lo suficientemente cercanos o conectados puedes sentarte al lado a conversar como si nada hubiese pasado, como si los años fueran días, la amistad en latencia.
Como un bicho, se activa cuando se estimula. Ahí está de nuevo el escenario adquirido por la memoria, donde estás tú y los demás activando los lazos de comunicación latentes durante años.
Es cierto, da paja mantener el contacto a a veces, no por mala onda, solo por el hecho de tener nuevos círculos sociales. Lo bueno es que, las amistades de la vida cambián con los años. Se hacen más interesantes, más cercanas. Frecuencias en común y la sensación divertida de ver como hemos cambiado durante los años.

Ver a Gloria de consultora, a Nano con terno en un banco cual Yupi de USA, a la Paula de enfermera, a la Dani buscando pega después de 10 años de no verla, a la otra Paula con un C3 la raja trabajando en un hospital haciendo rehabilitación. A cada uno de ellos los puedo ver de 13 años, riéndose, pasándolo bien con papas fritas y bebidas. Ahora los veo con la ventaja de hablar en una frecuencia común, con el paso de los años en los ojos y los cuerpos cambiados por los combates, pero con la misma disposición a seguir compartiendo buenos momentos, así como antes, en Los Años Maravillosos.

Besos a todos

Pancho, Vic, Jimbo, Francisco®

Siempre quise ser Kevin, Paul no es Marilyn Manson. Falta Winnie Cooper.