ANTOLOGÍA DE UNA RISA, CAPITULO 1
El Emperkat
Acabamos de almorzar en casa de Javier. Y nos ponemos a hablar acerca de la vida, acompañado de varios tragos. En este momento no recuerdo que tomamos, pero no fue mucho. Quizás fue el tiempo que estuvimos empinando el codo, pero poco a poco nos poníamos más balbuceantes, con la lengua traposa y con ganas de contar cosas de nuestra vida con aun más ganas.
Estamos, Javier (el dueño de casa) Manolo, Brito y Mario (Mario lo pongo en duda por que hubo un verano en que se lesionó), incluyéndome por supuesto. Somos los de siempre, hablando de lo mismo. Hasta que se nos une el Tio Tín.
Don Valentín es el padre de Javier, un hombre de chispa e historias, que más de alguna vez nos ha hecho reir, pero nunca como ese día.
No se porqué, terminamos hablando del boxeo.
Don Valentín nos cuenta que en su juventud se aventuro en los Rings. Nos dice que en su primera pelea lo noquearon de una. Ni lo sintió, solo recuerda haber despertado en la lona.
Y así seguíamos hablando, cuando de repente el Tio Tín nos comienza a mostrar los diferentes golpes y técnicas del milenario arte del pugilato.
Ahí estaba él en su tenida de verano diciéndonos:
- ya, ya, ya, juk! (jab, jab, jab, hook, realmente)
Todos nosotros reíamos sin parar, no solo con la performance llena de energía y fintas, si no que también con la “curiosa”, por decirlo, menos pronunciación de nuestro anfitrión.
Ya después de haber hecho un recorrido exhaustivo por los movimientos básicos el tío Tín con un destello en los ojos, propio de David Carradine de Kung Fu, nos cuenta su arma secreta, adquirirda después de tanto entrenamiento:
El Emperkat.
- Niños, ustedes cuando ya tengan a su oponente en las cuerdas, hacen la finta y aplican el emperkat, o sea, ya, ya, ya, juk, emperkat, juk, emperkat.
Cuando nos contó esto no entendíamos muy bien, hasta qu el preguntamos que wea era el emperkat.
El emperkat po niños: desde abajo hacia el mentón, de abajo aquí, aquí en la pera, aquí aquí, emperkat, emperkat.
El emperkat no era más que el clásico Uppercut, es decir el gancho ascendente, fatal en el box.
Mientras vemos como el tío Tin se golpea y se golpea sin parar el mentón, ante nuestras risas y miradas estuperfactas, Valentín ya comienza a mirar a quien usa como muñeco de pruebas. Mira primero al Coco, que en ese tiempo era un crío imberbe que no se le entendía na lo que hablaba, pero Coco se arranca tiempo y deja la línea visual lista para que aparezca
- Yaya! Venga!
- Que pasa papá, contesta Yaya
- Ven pa mostrarle a los niños que es el Emperkat
Hay que decir que estabamos horrorizados?
- Ven Yaya
- Que cosa papa!,
Y ahí el Valentín le dice, El Emperkat!!!!!!
A lo que Yaya con movimientos felinos responde, con un esquive infernal a semejante golpe que le podría haber llegado.
- Ya papá se pudo odioso!!!!!!, dicen a coro
A lo que nosotros no pudimos hacer nada más que reirnos hasta que no dimos más y acordarnos hasta el día de hoy de la talla del emperkat.
Especialmente cuando después de cierto tiempo se la pedimos al tío otra vez.
Saludos
Francisco®
5 Comments:
alaunaalasdosalastres...ahora ya!
sigue asi.....que te ves bien
pura wena onda.....
paz!
ah!tu eres francisco...yo maureen....que es eso de "ex"...rancio!
jajaja!
na de borrarlo eh?
No te preocupes, ahora eres la Maureen, ya no eres la Ex. Igual pa ti, pura buena onda.
mira weon acabo de reconocerlo, me rekge de la risa, llore weon llore, justo hoy publicaste esta historia(07/08/2006)estan justo a esta hora operando a mi vieja(igual preocupado) pero me alegraste muxo el rato con esta historia que viene siendo una de aquellas que no se olvidan, wena wena wena sigue asi y que tu vida nueva sea tan wena como te la mereces eres mi hermano asi q siempre te apoyare chau
esa no la conozco...pero con tanto ujskkajs, igual me cague de la risa un beso.....
me dio gusto que las historias de mi padre les queden grabadas, me mate de la risa acordandome de eos carretes liceanos de ustedes.
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