Historias de un Perdedor Reivindicado
Capítulo Uno
Cediéndole la Mina a un Amigo
Sucedió alguna vez en mis oscuros 15 años que yo me perdí por una muchacha (cosa no tan poco común en mí).
Conforme pasaban las semanas más me gustaba. Lo malo es que para acercarme a ella use la estrategia menos efectiva: hacerme su amigo fiel. ERROR.
Sufrí mamándome cada uno de sus descalabros amorosos, sus dolores de ovarios, sus problemas con la regla, sus cambios hormonales y otras cosas más. Aun así, casi siniestramente, me empezó a gustar más (no podía estar más mal encaminado).
Un día como pa distender los ánimos arrendé una película, una de miedo, como pa provocar el abrazo y con suerte, el beso.
La cosa es que ese día hice todos los preparativos con uno de mis amigos más cercanos. Elegir la película (miedo+buena música+actores taquilleros+una que otra pechuga pa estimular el erotismo) elegir la ropa, los snacks y todo lo demás, hasta que al final fui con mi socio a la casa de mi comadre. Cuando llegue caché que su cara cambió de una, y lo peor es que fue pa mejor.
Mi mente inmediatamente captó el semblante pero lo anuló con un “loco, la mataste con traer a tu amigo, cree que eres el weon más buena onda que no la quieres absorber, eres el mejor”.
Nos echamos a ver la película en una mansarda, los tres en fila sobre unos cojines, cuando de repente veo que mi socia se comienza a arrimar a mi compadre poco a poco. Nuevamente lo evidente anulado con lo rebuscado “loco, la mataste, este loco es como su mejor amigo y está feliz que lo hayas traído por que le das confianza, eres el mejor”
Rato después cuando a la mitad de la película los dos estaban abrazados, opté por moverme mejor al sillón de más allá, tratando de ocultar el caracho de re weon que llevaba sobre mi cuello.
De arriba, ya masticando lo evidente, pa no perder el orgullo, pensé “loco, eres el mejor, le cediste la mina a tu amigo, eso solo lo hacen los grandes, eres el mejor”. Mermelada de huevas.
Ya caminando a mi casa, con el frío de la tarde de verano colándose en los huesos de a poco, pensé que alguna vez esto se iba a revertir e iba a ser yo el favorecido. Alguna vez que fuera. Hartos años tuvieron que pasar.
En todo caso ahora también reconozco que más viejo me han dicho “loco me fascina esa mina” y yo he dicho “dale tu weon, ya vendrá otra pa mi”.
Gracias a Dios tanto ahora como antes, nunca me he arrepentido.
Un beso a todos.
Panchito®
Todas estas historias están modificadas pa que sean entretenidas de leer. No se pongan cronistas los matitas de weas.
Antes de irme les quiero decir dos cosas. Cuando leo lo que escribo no se como lo hice pa algún día ponerme a salir o pololear con las chicas, es un misterio. Lo otro los dejo con tres caricaturas de mi buen amigo Giye, de mi persona. La primera de mi epoca oscura, cuando una gata me dejo todo arañado por la vida, la otra el inigualable semblante de siempre y la última, el futuro según Giye. Saluos!!!!