Navidad con Sentido
Por primera vez en años pasamos la navidad sólo los cuatro que quedamos de la formación original. El tecladista tuvo un percance y no pudo venir a la presentación, por razones de fuerza mayor.
Cuando se prendieron las luces de la habitación del hotel, la vocalista se encontraba mal. Una noche de drogas la semana anterior la había dejado postrada en cama, por más de 5 días. Ni las contradrogas ayudaban, todo era malestar e imposibilidad de hacer nada.
Con la bajista y el baterista (debo mencionar que soy el guitarrista?) nos pusimos a armar el escenario. Nada nos hacía presagiar que las cosas no iban a salir.
Pusimos todo en orden, los instrumentos, las bebidas, las toallas y el coctail antes de subir a escena.
Al llegar la hora señalada, ya desanimados, pensamos en un número especial, algo así como una reinterpretación de nuestros mejores éxitos. No iba a ser lo mismo, pero igual podía ser recordado, por lo insólito. Cuando de pronto del baño, con su ropa de rock y un pañuelo en la cabeza, los ojos enrojecidos por quizás que cosa, maquillaje minimalista y actitud pendenciera, tomó el micrófono y nos dijo:
Vamos a rockear…
Con un abrazo de a cuatro, la recibimos en la mesa. Para ella, una torre de camarones sobre dos palmitos y una cazuela con arroz y pollo. Nosotros una palta reina con camarones y philadelphia, y un pavo que preparó la bajista con corazón y poca técnica (como todos los bajistas). Las papas duquesas medias quemadas y el vino haciendo efecto en las palabras del baterista (nunca han sido muy buenos para hablar). El árbol más vacío que cualquier año que recuerde, pero cargado de sentido. Y un solo de guitarra que hace que la mujer en la voz tiemble y llore, recordando quien es realmente, adentro.
Mi familia es un grupo de rock. Cada uno de nosotros cumple su rol a cabalidad y funcionamos super bien por separado. Pero siempre, siempre, nos unirá esa voz, que ahora débil y rasposa, pero siempre melodiosa, hace que el amor nos amarre. Nos amarre a la vida y a la luz que entregas tu Gilda Patricia, cada nueva mañana que te despiertas, donde quiera te agarre el amanecer.
Pancho®